Debemos ser conscientes del momento que vivimos. Tenemos una responsabilidad personal en el aprendizaje, del propio y de nuestros estudiantes.
La forma de aprender ya había cambiado desde antes de la pandemia, los estudiantes con herramientas en la mano tenían la información cerca, sin embargo, tener acceso a la información no significa aprendizaje.
El proceso de enseñanza aprendizaje ha evolucionado en los últimos años, no obstante, las condiciones durante el confinamiento, llevaron a los docentes a tomar las herramientas digitales para interactuar con los estudiantes, sin tener certeza del tiempo en el que las actividades educativas presenciales se normalizarían.
Tanto estudiantes como docentes tuvieron durante tres meses una presión constante; los profesores para estar frente a una pantalla intentando llegar a cada estudiante que pudiera conectarse a un dispositivo electrónico y los estudiantes intentando recibir las clases, tareas, documentos y enviar evidencias de sus actividades. Todo en un entorno de incertidumbre que definitivamente afectó a cada uno de forma distinta.
Este ejercicio nos debe ayudar a evaluar los alcances del aprendizaje digital, el cual consiste en utilizar herramientas digitales, con las que el estudiante se apoya en plataformas educativas con contenidos digitales y guiados por un facilitador digital, de tal forma que se favorezca el entendimiento y aprendizaje de los temas. Para ello debe existir una transformación tanto de estudiantes, como de docentes.
Antes de cualquier proceso de aprendizaje, es muy importante tener herramientas emocionales que nos permitan desarrollar un proceso personal. Suena complejo y puede serlo, sin embargo, podemos tener en cuenta algunas estrategias para lograrlo.
Podemos comenzar por reflexionar sobre lo que estamos viviendo, reconocer nuestras sensaciones de miedo o incertidumbre ante una situación inesperada. Aprender a liberarnos al incorporar nuestro cuidado de forma responsable al regresar a las actividades fuera de casa.
Como docentes, podemos identificar las posibilidades que tenemos de aprender de nuevo, porque vamos a enseñar de una forma como no aprendimos y debemos lograr con nuestras actividades y contenidos una mayor efectividad de aprendizaje. Se vislumbra complejo, pero es momento de comenzar.
Como estudiantes tenemos más trabajo, pues debemos ser conscientes de que mediante una conexión a internet y un dispositivo, podemos tener acceso a muchos contenidos educativos. El trabajo estará en ser analíticos, organizados y críticos con los contenidos que lleguen a nuestras manos, para saber discriminar entre los sitios seguros y de confianza y aquellos que distribuyen información falsa o incorrecta.
Ahora que estamos en casa con mucho tiempo para reorganizar las actividades, podemos comenzar por descubrir los beneficios de aprender a través de medios digitales y obtener el mejor provecho. Docentes, estudiantes, madres, padres, niños y/o adultos, todos tenemos la necesidad de aprender algo.
Casi todos tenemos acceso a un dispositivo, hagamos un uso efectivo y comencemos a transformarnos para adaptarnos mejor a una forma distinta de vida.
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