Una dulce experiencia

La dulce geometría del pan…

Apenas entré a la panadería y un golpe de olor dulce inundó dos de mis sentidos: la vista y el olfato. Mientras avanzaba todos mis sentidos estaban alerta. Aunque desde pequeños nos enseñan que tenemos 5, mi madre mencionaba también al sentido de la prudencia o el sexto sentido.

Estaba sorprendida al observar todas las formas que puede tener el pan. Las conchas con sus circunferencias casi perfectas, o las elipses que forman los cocoles de ajonjolí con aroma de anís. Las trenzas forman infinitos y los cubos rectangulares contienen al panqué con nuez.

No puedes quitar la vista sobre los pasteles de grandes volúmenes circulares o cúbicos. Pero si triángulos quieres probar, los polvorones de 3 colores debes llevar.

De tanto ver, todo se antoja. No se si quiero un cono con crema pastelera o un cilindro de piña. Quizá una empanada de manzana en forma de pirámide o tal vez una novia en forma de espiral.

Finalmente me decido y elijo la forma geométrica perfecta: un beso. Esfera de pan cubierta de chantilly con mermelada de fresa en el centro. Fue todo un triunfo poder elegir, aunque tengo que confesar que me llevé mas de uno, compré también el mas irregular de los panes, una piedra de piloncillo para el camino.

Salí de la panadería muy feliz, mordiendo la piedra que me recuerda mi infancia y en la bolsa de papel un beso llevaba.

Camino por la calle mientras recuerdo a mi maestra de primaria. Nos decía en la clase que las matemáticas se podían oler y saborear para entenderlas mejor. Ella tenía razón. Hoy puedo decir que su olor es dulce y saben a chantilly.